Un evento para disfrutar
Hace tiempo que lo soñábamos y ahora es toda una realidad. Nuestro primer evento fue en un tarde de primavera en el Valle de Guadalupe, el cielo despejado, el viento corriendo fresquito y todos los preparativos de un gran bautizo en marcha.
Enseguida empezamos a montar lo que sería una gran sorpresa para los invitados de tan especial evento. Un mantel blanco, flores, y adornos con eucalipto.
Quesos, aceitunas, chabacanos, galletas, salami, poco a poco todos los sabores se van sumando a este gran festín. Hasta los organizadores se acercaban con intenciones de probar un poco, pero nos mantuvimos firmes al querer esperar a los invitados, todo estuvo listo antes de servir el primer plato.
Una mesa de quesos no seria tan espectacular si no tiene su propia corona de flores, a la nuestra le agregamos unas bonitas estrellas que cuelgan y enmarcan todo el banquete.
¡Todo ha quedado espectacular!
Los invitados empiezan a llegar y esperan al primer valiente que decide armarse un bocadillo perfecto. (Una buena sugerencia seria tomar una galleta, ponerle un poco de mermelada, un quesito y un salami arriba para crear una combinación difícil de superar)
Y en un instante, bocados en cada mesa
Los invitados comienzan a acercarse, se sirven uno tras otro, la mesa empieza a vaciarse, y todo lo que preparamos se va en el plato de una persona sonriendo. A lo lejos podemos observar como se disfruta el sabor en cada mesa y los que vienen a buscar más, nos cuentan lo lindo y delicioso que ha quedado todo.
Un gran alivio para nosotros, nos llenamos de orgullo por haber hecho algo especial que le encantó a todos. Y después de un gran día, volvemos a la Villa, recordando lo lindo y soñando con lo que nos espera.